¿Qué dificultades tendrán los bomberos para trabajar en un edificio de 20 plantas? ¿Como hay que hacer para evacuarlo? En el caso del edificio que promueve Casa Molines, La Torre, se ha optado por sistemas de seguridad contra incendios “redundantes” y basándose en la normativa francesa ya que la andorrana no cubre edificios de semejante envergadura y es muy antigua. El bloque dispone de dos escaleras interiores de emergencia que están sectorizadas y que, en caso de necesidad, podrían convertirse en espacios aptos para la evacuación. Cada rellano cuenta con un vestíbulo cortafuego que hará de barrera si se produce un incendio en un piso y evitar así que el humo llegue hasta la escalera. Los bomberos podrán usar siempre un ascensor que seguirá funcionando, aunque haya un corte de luz ya que este se alimenta con un grupo electrógeno. A parte, dicho ascensor servirá tanto para que los efectivos antiincendios se muevan entre las diferentes plantas como para evacuar residentes del edificio.
Cuando los detectores que hay instalados en cada planta alerten de la presencia de humo, se activarán los conductos que llegan hasta la azotea, se podrán utilizar mangueras de agua y se activará un sistema de aire fresco. Todo para proteger eventuales desalojes y la expansión del humo. Las ventanas situadas en la parte alta de la escalera también pueden servir para ventilar si a pesar de todas estas precauciones acabara entrando el humo.
La dirección de la obra y el cuerpo de bomberos han mantenido diferentes reuniones. La voluntad de los promotores es que los bomberos conozcan bien el edificio y sus sistemas de seguridad para facilitarles el trabajo si tienen que intervenir en un incendio real. Los bomberos también han hecho sus aportaciones y han sido incorporadas a la construcción, como por ejemplo instalar grifos en cada planta para que puedan conectar sus propias mangueras si fuera necesario.
El parking también tiene sus propios mecanismos de seguridad: ventiladores y unos rociadores de agua conectados a un depósito de 120.000 litros que se activan de manera automática cuando perciben temperaturas muy altas. Todas estas medidas testarán en un simulacro antes de que la propiedad haga entrega de los pisos, con fecha prevista a finales de año, una vez el edificio haya pasado también la inspección del departamento de Industria del Gobierno. De venda son 39 pisos y ja solo quedan cinco disponibles y “son gente del país la inmensa mayoría”. Personas que, en declaraciones del director general adjunto de Casa Molines, Pascual Gracia, están en un momento vital y que quieren dejar de vivir en un chalet alejado del centro y que la opción de un piso de alto standing y céntrico les convence más. Los de alquiler (21) se prevé entregarlos al final, aunque ya se está elaborando una lista de posibles interesados.
TERREMOTOS
Los promotores de La Torre también han querido ser estrictos con los riesgos inherentes a los movimientos sísmicos y por este motivo “invertimos casi un millón de euros y seis meses de trabajo para hacer una cimentación especial, con una técnica que se llama jet grouting”. Consiste en inyectar hormigón por debajo de los cimientos, hasta 12 metros de profundidad y para llegar a la roca. Se utiliza para evitar asentamientos. “Caldea también la utilizó en su día para evitar asentamientos, y creímos que era una inversión en tiempo y dinero que merecía la pena.” En este caso se ha adoptado la normativa que utilizan en el Alt Urgell, pero elevando aún más la exigencia.
Reportaje de Dolors Moreno (Diari d’Andorra)
https://www.diariandorra.ad/noticies/nacional/2022/03/07/la_torre_contra_risc_196518_1125.html